Nació en Córdoba en 1938 y falleció en la localidad de Unquillo en 1995. Recibió las primeras lecciones de su padre Eugenio, siguió estudios asistiendo a cursos en Buenos Aires obteniendo su título de Profesor de Dibujo y Pintura en la Escuela de Bellas Artes Rentzel de Olivos. Ejerció la docencia en las Academias Philip de Córdoba. Diseñó vestuarios, escenografías y maquetas. “La corriente académica del paisaje y los desnudos anatómicos le seducen desde el principio, y en los años ‘60s comienza a esculpir, sintiendo la necesidad de los volúmenes palpables como complemento de expresión. Sus obras (óleos de escenas del Martín Fierro) fueron enviadas a una Universidad de Alemania, a Los Angeles California, Buenos Aires y Córdoba. Luego su temática varió hacia el hombre escudriñando sus esencias y modalidades. Capta el paisaje directamente del natural y lo transfigura de acuerdo a sus apetencias anímicas” (Ángel Lo Celso). En sus piezas escultóricas utilizó diferentes materiales y procedimientos que le dieron prioridad a los detalles del cuerpo que logran su cometido de revelar la belleza del cuerpo masculino, una rareza en el ámbito de la producción artística local. Piezas realizadas en yeso, madera, arcilla, obras policromadas que resaltan vellosidades y características de la piel. Se descubre cierta afinidad a la estética de la imaginería religiosa, sobre todo por algunos gestos como el de la cabeza, típicos de las figuras de santos, pero a la vez muy alejado en objetivo y definición de aquellas representaciones. (Verónica Molas, Diario La Voz del Interior, 21 de mayo de 2018).