Nació en Tucumán el 2 de enero de 1924 y falleció en la misma ciudad el 23 de diciembre de 1983. Estudió dibujo en los cursos nocturnos de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán, donde obtuvo el título de dibujante técnico de construcciones para luego emprender su formación en la pintura en la Escuela de Bellas Artes y de Artes Decorativas de Tucumán, en los cursos de pintura de Francisco Ramoneda y Juan Belcuore. Fue docente en el Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y Director Municipal de Obras Públicas Tafí Viejo. Expuso individual en Galería Ronald Lambert, Fundación del Banco del Noroeste. Concurrió al Salón de Tucumán desde 1949, Salón de Artistas Plásticos del Norte Argentino en 1951, 4 Plásticos Tucumanos en la Universidad Nacional de Tucumán y en Rodrigo Carmona Galería de Arte. Obtuvo Primer Premio y Premio Estímulo en el Primer Salón Primavera de la Comisión Provincial de Cultura de Tucumán en 1954. Primer Premio en el Salón de Otoño de la Peña El Cardón de Tucumán en 1954. Premio Universidad Nacional de Tucumán de Pintura en el Salón Municipal de Tucumán en 1956. Primera Mención del Jurado en el Primer Salón Rotativo del Noroeste Argentino en 1967. Medalla de Oro en reconocimiento a su labor artística por la Junta contra el Alcoholismo de Tucumán en 1967. Premio Unico y Medalla de Oro Diario La Gaceta en el Salón Quinquenio de la Peña El Cardón de Tucumán en 1968. “Sus grabados son continuación lógica de su obra pictórica, y no debe buscarse en ellos el rigor gráfico del grabador ortodoxo. En ellos sobresale ese vocabulario textual rico y sugerente que el artista recrea con óleo y aguadas, donde consigue con los metales la metáfora exacta para un clima equivalente a sus colores. Atestiguan las estampas límpidas, sugerentes, que aluden a un mundo personal surgido de la interactuación de una realidad sentida con una imaginería lindante en estratos nocturnales y misteriosos, y que por medio de la acción de ácidos y ceras consigue neta concreción. Su mundo, de fuerte sabor local, su reiterada Villa Luján, con olor a paredes antiguas, a lunas detenidas, adquieren en sus obras su complemento más depurador y universal”, Pedro Alberto Molina.